La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han pedido nuevas medidas para mejorar la salud mental en el trabajo, recomendando una serie de directrices para mejorar la situación de las personas con problemas de salud mental y evitar que se produzcan circunstancias que provoquen la aparición de problemas de este tipo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han pedido nuevas medidas para mejorar la salud mental en el trabajo, recomendando una serie de directrices para mejorar la situación de las personas con problemas de salud mental y evitar que se produzcan circunstancias que provoquen la aparición de problemas de este tipo.
Por primera vez, la Organización Mundial de la Salud “recomienda la formación de los directivos" para desarrollar su capacidad de "prevenir entornos de trabajo estresantes y responder a los trabajadores en apuros”, y se hace hincapié en la importancia de la inversión para tratar las patologías mentales, que suponen la pérdida de 12000 millones de días de trabajo anualmente debido a la depresión y la ansiedad, que le cuestan a la economía mundial unos mil millones de euros.
Además, las directrices mundiales de la OMS sobre la salud mental en el trabajo recomiendan medidas para hacer frente a los riesgos para la salud mental frente a las cargas de trabajo elevadas, los comportamientos negativos y otros factores que crean angustia en el puesto de trabajo.
Las nuevas directrices recomiendan también abordar mejor las necesidades de los trabajadores con trastornos de salud mental. Proponen, por ejemplo, medidas que apoyen su regreso al trabajo. En cuanto a los trabajadores con enfermedades graves de salud mental, se recomiendan "intervenciones que faciliten el ingreso en un empleo remunerado".
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